Los celos son el veneno más efectivo para matar el alma. Son voraces, implacables y
destructivos, una vez que han escogido su objetivo principal no descansan hasta derrumbar todo lo que se encuentra a su paso. Lamentablemente
, todos los seres humanos somos simples marionetas manejadas por sentimientos, que bien nos pueden elevar hasta el séptimo cielo, o
arrancar la vida y dejarnos caer, sin piedad, al más oscuro de los abismos. La chica estuvo condenada desde el preciso instante en el cual comenzó a sentir algo por quien no debía. Su corazón, duro y seco; estéril, completamente desértico, se convirtió en un objeto que vivía exclusivamente para él. Era suyo. Por esto había decidido vivir para el, sin importarle ya ninguna otra cosa que no fuera protegerlo. Así, siendo capaz de dar todo por quien le obsesionaba, también fue capaz de ser el que más daño le causó a él. Claro que en su mente, roída por un egoísmo puro en esencia y un egocentrismo digno de su juventud,
la palabra "compartir" no existía.
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Los celos son el veneno más efectivo para matar el alma. |
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